“Se pasó una hora buscando el calcetín rojo”.

Aquí vos deixo algúns dos textos que escribistes a pasada semana.

Irie subindo cada día uns pouquiños para que non cansedes e vos animedes a lelos todos.

Unha aperta moi forte.



“Se pasó una hora buscando el calcetín rojo”

Un día Aldara salió a la calle, cuando todos estaban en cuarentena por el covid-19.
Al salir perdió un calcetín rojo y volvió a casa sin él.
La policía encontró el calcetín rojo con el nombre y enseguida la localizaron para ponerle una multa. Pero ella se escapó al museo de la Historia.
Allí, visitando el museo, Aldara se dio cuenta de que no estaba actuando bien y decidió entregarse a la policía.
La policía le puso una multa y nada más, ella  con todo lo ocurrido decidió ayudar y buscar una cura para el covid-19.
Investigó, investigó e investigó hasta dar con una cura que tenía que ver con el calcetín rojo perdido. Consiguió despertar un poder mágico con el que filtraba el virus colocándolo en el cuerpo.
 La cura era filtrada por ese calcetín que al principio le dio muchos dolores de cabeza.
Después decidió irse por el mundo con su  calcetín rojo para buscar curas para las enfermedades más raras. Se lo agradecieron tanto que recibió varios premios por su labor.
Con los años se acordó que de las malas experiencias puedes aprender y mejorar mucho.
Ella le conto su historia a sus hijos y nietos para enseñarle lo que puedes llegar a aprender de la vida. Le propusieron escribir un libro contando su vida toda.
Lo hizo, escribió un libro que fue record de ventas, le puso de título Se pasó una hora buscando el calcetín rojo, le dieron un premio literario y también le dieron un premio nobel. 
Así es como Aldara salió un día a la calle y perdió un calcetín rojo que le cambio la vida.
Alonso 


SE PASÓ UNA HORA BUSCANDO EL CALCETÍN ROJO
La protagonista de esta historia se llama Loli. Es alta, morena, ojos azules y tiene el pelo rubio.Su color preferido es el rojo. Le encanta jugar al baloncesto, por eso está en un equipo muy famoso llamado Liberi. Loli siempre cuando hay un partido se pone unos calcetines rojos que le dan muy buena suerte y ganan. Al día siguiente ella tenía un partido, pero pasó una cosa, pasó que se que se le habían perdido los calcetines. Estuvo buscando por toda la casa aún así no los encontró. Loli fue a su cuarto a llorar. Pensó en llamar a sus amigas y contárselo, ellas dijeron que no se preocupara que igualmente iban a ganar. Al acabar el partido habían perdido 30-19. Dijeron que el calcetín de Loli era mágico. Fueron corriendo a casa de Loli a buscarlo, estuvieron una hora y nada.
Después de pensar tanto a una niña se le ocurrió algo, dijo que podía estar en Canadá. Fueron a junto sus madres a decírselo. Las madres dicen que sí porque no era normal que perdieran. Cogieron rumbo a Canadá. El viaje duró 2 horas. Al llegar fueron rápidamente al vestuario del campo donde jugaron. Al fin de tanto buscar en el vestuario lo encontraron dentro de una taquilla. Loli se lo agradeció a todas, empezó a llorar de la emoción. Volvieron todas alegres esperando el siguiente partido. Cuando llegó el partido lo dieron todo, además ganaron 40-12. Una goleada. Fue el mejor partido de Loli.

 THALÍA

















María 

                     “Se pasó una hora buscando el calcetín rojo”

El otro día a Sofía le apeteció ponerse los calcetines rojos ya que le combinaba con su vestido nuevo, encontró uno, pero el otro no. “Se pasó una hora buscando el calcetín rojo”, pero nada. Después de un rato llamó a su madre Andrea y le pidió que le ayudara a buscarlo, revisaron en toda la casa pero no lo encontraron. Como Sofía se había cansado de buscarlo, decidió coger otros calcetines y se fue al instituto.  Cuando volvió a casa le preguntó a su hermana para ver si ella lo había agarrado, pero ella no quiso responder. Sofía pensaba que su hermana lo había escondido, ya que era un poco mala con ella, peleaban mucho y no era la primera vez que su hermana le agarraba algo de su cuarto para jugar. Después de cenar, la madre le preguntó a María si había agarrado el calcetín de Sofía y esta vez sí respondió:
,    -      -Sí, fui yo.
 La madre le gritó:
-              MARÍA DEL CARMEN A TU CUARTO YA!

 Sofía fue con ella, para preguntarle  en donde había escondido el calcetín, pero como no se lo quiso decir, Sofía le amenazó:               
        -Voy a hablar con mamá para que te obligue a devolverme mi calcetín.
Más tarde, la madre fue a hablar con María y le obligó a que le devolviera el calcetín a su hermana y le dijo que si no lo hacía, no podía salir del cuarto.
Al día siguiente, María le devolvió el calcetín rojo a Sofía, pero ella no se acordaba dónde había puesto el otro. Como tenía la habitación desordenada, Sofía tuvo que ponerse otros calcetines.  
Cuando regresó del Instituto, ordenó todo su cuarto hasta que quedó reluciente y finalmente encontró el otro calcetín rojo que le faltaba. Como el  fin de semana tenía una fiesta, decidió ponerse su vestido nuevo, con sus calcetines rojos. 
fin 
                                                                                     Natalia


El calcetín rojo de Martina  
      
            En un pueblo de la costa de Galicia llamado Cee, vive una niña llamada Martina.
Martina tiene nueve años y es una niña amable y alegre. Su afición es tocar la guitarra y no le gusta nada ir al dentista. Tiene el pelo marrón claro y corto, los ojos verdes y muchas pecas por la cara.
            Desde muy pequeña, Martina, ha tenido que visitar al dentista porque la calidad de sus dientes no era muy buena y va con frecuencia a hacer revisiones para que sus dientes estén fuertes y sanos.
            A sus padres, les costó muchísimo encontrar un dentista con el que Martina se encontrase a gusto. Pero finalmente conocieron a Cristina. Era una chica encantadora y hacía que Martina se sintiese feliz y la visita al dentista fuese una experiencia muy agradable.
            En la consulta había muchos juegos y libros que a Martina le encantaban. El libro del ratón Pérez era uno de sus favoritos. Y así la espera se le hacía muy corta.
            Martina sabía que cada tres meses tenía que ir a revisar sus dientes y ese momento se aproximaba. ¡La cita era para la próxima semana!
            Aquella tarde, al llegar del cole, como cada día después de merendar Martina se puso con sus tareas.

            De repente sonó el teléfono de su madre:

            - ¡Ring, ring!

            Era de la consulta del dentista.

            - Buenas tardes, siento informarle que Cristina estará de baja médica durante unos meses y mañana la atenderá su compañera Isabel - dijo la recepcionista de la clínica dental.
            - ¡Oh, qué pena! Espero que Cristina se mejore pronto. No se preocupe, Martina estará encantada de conocer a Isabel. Nos vemos mañana a las diez. ¡Muchas gracias! - dijo su madre.
            - Mamá, mamá ¿Quién ha llamado? - preguntó Martina.
            - Han llamado de la clínica dental para recordarnos que mañana tenemos una cita-explicó mamá.
            - ¡Genial veré a Cristina! - exclamó Martina.
            - ¡Oh! Cristina no va a poder revisarte, está enferma- explicó mamá.

            Aquella tarde Martina se quedó muy triste por la noticia. No podía dejar de pensar en que mañana tendría que ir al dentista y le produjo miedo porque no sabía que le podría hacer la nueva dentista.
            Por la noche casi no pudo pegar ojo porque no podía dejar de pensar en su visita de mañana. Después de dar muchas vueltas en la cama al fin logró dormirse.

            Por la mañana, su madre la despertó muy temprano porque la cita era a las diez.
            Como cada mañana, Martina se levantó, hizo su cama, desayunó y se iba a vestir cuando de repente....
            - ¡Opss! ¡mi calcetín rojo! No puede ser, le faltaba su calcetín de la suerte. Sin él no podría ir al dentista.
            Se pasó un buen rato buscándolo.
            -Martina, nos tenemos que marchar, llegamos tarde-dijo mamá.
            - ¡No puedo encontrar mi calcetín rojo! - exclamó Martina.
            -Debes apresurarte, falta menos de una hora para la cita y no podemos llegar tarde-afirmó mamá.
Martina buscó por su habitación, por el salón, en el baño, en la lavadora... y nada... el calcetín no aparecía, parecía que se lo hubiese tragado la tierra.

            - ¿Te ayudo a buscarlo? - preguntó mamá.
            - Te lo agradecería muchísimo, mamá.

            Madre e hija se pusieron a buscar desesperadamente el calcetín rojo.
           
·         ¿Dónde podrá estar? – dijo Martina.
           
            Llevaban una hora buscando el calcetín y nada. Cuando de repente...

·         ¡Guau, Guau!

            Se escuchó el ladrido de Leo, el perro de Martina.

·         Leo, ¿qué traes ahí? - dijo Martina

·         ¡No podía ser! ¡Mi calcetín rojo! - exclamó Martina – Por fin ha aparecido.

            Martina se puso su calcetín rojo y se fue contenta al dentista. Allí conoció a Isabel y se lo pasó muy bien con ella, la revisión del dentista fue muy divertida

·         ¡Hasta la próxima!

            Eso sí, con el calcetín rojo.


                                          FIN
Marta    

                               
                                UN CALCETÍN ROJO 





 Dani López

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